Llevaba un par de días sin ver al Carmelita Descalzo. Este breve distanciamiento me dio la oportunidad de visitar el parque natural de las Batuecas, a pie, como los antiguos peregrinos. Me habían advertido sobre una distancia larga y solitaria, con lo cual me aprovisioné de agua y algún alimento. Mientras caminaba por caminos estrechos, las visiones del astral se manifestaban en multitud de rostros y formas que surgían de la nada. A todos saludaba con respeto, tratándoles como a buenos compañeros en la dimensión AKASICA (dimensión astral).
Ya tarde, al anochecer, llegué al Monasterio. El Carmelita Descalzo me esperaba y sus palabras fueron directas: ¿Por qué no ha estado en oración mental? ¿Qué busca fuera de usted? Recordemos juntos unas líneas de mi libro LA ORACIÓN MENTAL SEGÚN SANTA TERESA (Capítulo XIII, páginas 76-77): "Quiero estar en la oración delante de DIOS como se pone una jarra vacía debajo del grifo esperando se llene. Si el grifo no echa agua, esperar quietos que eche y se llenará (Con DIOS A SOLAS, por un Carmelita Descalzo, número 90). Que si el pozo no mana, nosotros no podemos poner el agua. Verdad es que no hemos de estar descuidados, para que cuando la haya, sacarla (VIDA, 11, 18)".
Nos quedamos un rato en silencio. Vino a mi mente una imagen peculiar: una vieja casa, humilde, un lugar solitario y silencioso, un atardecer bello, luminoso...
Las puertas de esta vieja casa se abren, también sus ventanas... la luz de la sencillez, del dejarme hacer entra en mi corazón. Siento la fuerza del amor... Me diluyo en la nada... Soy humildad...Nada digo, nada añado... Escucho desde el silencio...
¡Cuántas cosas suceden cuando se está al lado de los Maestros espirituales!
Foto: Caminando por Cantabria (sergio).