viernes, 15 de julio de 2011

LA SAPIENCIA DE LO PEQUEÑO




Es mediodía. La campana del monasterio suena. Escucho el graznido del cuervo. Veo un caracol amarillo bordeando el cauce del arroyo.
¿Caracoles? ¿Con este calor?
¿Pienso que veo y oigo a la Naturaleza?


Me silencio, procuro no pensar.

¿Realmente soy capaz de escuchar lo Natural?

El caracol lleva su casa a cuestas; es pequeño en apariencia, pero un coloso en fuerza y determinación. Él sigue el cauce de su vida, sin teorías ni aspavientos.

El caracol amarillo ve a donde va, sigue su destino; no se pierde en lo aparente, sabe lo que quiere: cumplir con lo Natural. Y es capaz de vivir el milagro de lo pequeño.

Mirar y escuchar a la Naturaleza es un aprendizaje sobre uno mismo.

San Juan de la Cruz lo comprendió bien cuando escribió:" (...) Entréme donde no supe..." ; el Maestro, que sabía tanto del espíritu, tuvo la humildad de reconocer la sapiencia del No saber, del hacerse pequeño, como un caracol amarillo...
¡Qué grande es lo simple! 

Foto: El caracol amarillo (sergio).